jueves, 12 de febrero de 2009

Último mensaje de Perón

La plaza estaba colmada por trabajadores, organizaciones políticas, empresariales y militares justicialistas. Todos solicitaban a Perón en el bacón de la plaza Perón salió al bacón de la rosada a las 17.5, fue ovacionado por mas de 9 minutos por el pueblo que coreaba su nombre: Perón Perón. O AQUÍ ESTAN ESTOS SON LOS OBREROS DE Perón.

Recién a las 17.19 pudo comenzar su discurso, que volvió a arrancar otra ovación de 22 minutos a mientras se entonaba la marcha peronista.

Dijo: "Compañeros: Retempla mi espíritu estar en presencia de este pueblo que toma en sus manos la responsabilidad de defender la Patria. Creo, también que ah llegado la hora de poner las cosas en claro.

Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero también, sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo y cuando este decide luchar suele ser invencible.

Yo sé que hay mucho que quieren desviarnos en una u otra dirección, pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin influenciarnos ni por los que tiran de la derecha ni por los que tiran de la izquierda.

El gobierno del pueblo es manso y es tolerante, pero también nuestros enemigos deben saber que no somos tontos.

Mientras nosotros no descansamos para cumplir la misión que tenemos y responder a esa responsabilidad que el pueblo ha puesto sobre nuestros, hombres, hay muchos que pretenden manejarnos con el engaño y con la violencia: impondremos la verdad, que vale mucho mas que eso. No queremos que nadie nos tema; queremos, en cambio, que nos comprendan. Cuando el pueblo tiene la persuasión de su destino, no hay nada que temer; ni la vedad, ni el engaño, ni la violencia, ni ninguna circunstancia podrán influenciar a este pueblo en un sentido negativo, como tampoco podrá influenciarnos a nosotros para que cambiemos una dirección que, sabemos, que es dirección de la Patria.

Sabemos que en la marcha tenemos que enfrentar a los malintencionados y a los aprovechados. Ni los que pretenden desviarnos ni los especuladores ni los aprovechados a todo orden podrán, en estas circunstancias, medrar con la desgracia del pueblo.





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