miércoles, 2 de marzo de 2011

Apertura del 129° período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional (Parte 1)


Muy buenos días a todos y a todas: Vengo como todos los años el 1º de marzo, a dar cumplimiento al artículo 99, inciso 8vo. de nuestra Constitución Nacional, a dar cuenta del estado de la administración de la Nación Argentina. Sin embargo no puedo sustraerme a otros momentos, esencialmente a la primera vez que le hablé a este ámbito, desde este lugar como Presidenta de todos los argentinos, un 10 diciembre del año 2007. En aquella oportunidad dije que me tocaba asumir como Presidenta de todos los argentinos en un escenario sustancialmente diferente del escenario en que había asumido el entonces Presidente que me transmitiera el mando y mi compañero de toda la vida Néstor Kirchner. (Aplausos).



Decía en aquel momento que era un país sustancialmente diferente que había sentado nuevas bases y un nuevo modelo de acumulación económica con inclusión social como nunca se había visto, era una etapa de fundación de bases de un país que él le tocó hacer y hoy - casi cuatro años después, habiendo transcurrido más de tres años de mandato - podemos decir que esas bases y ese nuevo escenario que supo plantearles a todo los argentinos rindió sus frutos y por eso hoy estamos, ya no en una etapa de construcción de bases como la que a él le tocó vivir y hacer contra viento y marea, sino en una etapa de construcción de certezas, porque si algo dejó este maravilloso año del Bicentenario - más allá de la desventura personal de quien les habla - en el año 2010 se construyeron las certezas de que ese modelo, que ese hombre había iniciado el 25 de mayo del año 2003, era el camino indicado para que la Argentina creciera como nunca lo hizo en toda su vida institucional. (Aplausos).



Hemos completado, argentinos, en estos 200 años de historia, el crecimiento económico con inclusión social más importante de nuestros 200 años de historia, los números, los indicadores claros, que no son solamente números como entidades abstractas matemáticas, reflejan magnitudes y reflejan realidades, con un crecimiento, el año pasado, de la actividad económica, del 9,1%, superando la crisis económica más importante que se tenga memoria y también concluyendo la etapa iniciada por él del desendeudamiento más importante de que se tenga memoria en la República Argentina. (Aplausos).



Cuando Kirchner asumió como Presidente de este país tenía la más severa restricción - reconocida por todos los partidos políticos y por todos los sectores - en su endeudamiento externo que importaba el 156% de su PBI. Le tocó a él encarar la primera reestructuración, en el año 2005, donde pudo reestructurar el 76% de la deuda soberana, también contra viento y marea, de afuera y de adentro, pero finalmente lo pudo hacer, al mismo tiempo que terminar con el endeudamiento del Fondo Monetario Internacional.



Luego vino la segunda etapa - la que me tocó encarar a mí y a nuestro equipo el año pasado, cuando también comenzamos a reestructurar la parte que quedaba y llegamos al 92,3% de la totalidad de nuestra deuda soberana reestructurada, que ha llevado ese endeudamiento del 156% - y no quiero equivocarme en los números, por eso lo voy a leer - a un 36,5% del Producto Bruto Interno. (Aplausos). Si lo vemos desde la perspectiva del sector público el 19,7%; desde el sector privado el 16,3%. Fue en realidad el sector público el que realizó el gran esfuerzo de desendeudamiento producto - como ya sabemos - de que la deuda privada, gran parte de ella había sido estatizada y tuvo que ser soportada por todos los argentinos.



También se produjo otro de los que constituyen los pilares básicos de este modelo y que fue el crecimiento de nuestras reservas. El crecimiento de las reservas del Banco Central de la República Argentina - no hay que olvidarse nunca de esa última parte, que es el Banco Central de la República Argentina - había tenido un promedio del 11,8% de crecimiento entre el 2003 y el 2010, lo que nos llevó a batir récords constantemente. Sin embargo, el récord histórico de crecimiento de reservas - no basada en dólar financiero sino en dólar comercial - lo obtuvimos el año pasado, el 2010, con el 13,4% de crecimiento de las reservas llegando, en el día de ayer, a 52.350 millones de pesos. (Aplausos).



Lo paradójico es que el año de mayor crecimiento de las reservas se dio precisamente en el primer año que utilizamos las mismas para pagar la deuda y no solicitando crédito externo para seguir endeudándonos. (Aplausos).



Una discusión, que me acuerdo anuncié aquí, hace exactamente un año - cuando todavía él se sentaba al lado del compañero Presidente de nuestra bancada - el Fondea, que nos permitió a los argentinos instalar lo que decíamos: la confianza de que íbamos a hacer frente a nuestro endeudamiento frente a los constantes rumores, lanzados desde los centros financieros, de que no íbamos a poder hacer frente a la deuda para continuar especulando con el endeudamiento argentino, pero al mismo tiempo que esos recursos no se destinaran al pago de deuda sino precisamente a sostener la actividad económica a través no solamente de la demanda agregada, sino también de un fuerte esfuerzo de financiamiento al sector productivo, que el año pasado - entre privado y público - obtuvo también su récord histórico de 22,7% de financiamiento del PBI para toda la economía argentina.



La apertura comercial, un promedio del año 2003 al 2010 del 36,2%, son las sumas de exportaciones e importaciones, y por primera vez, creo que un dato que es clave en el modelo, por primera vez en el año del Bicentenario, en el sector de exportaciones, el mayor rubro lo cubrieron las manufacturas industriales. Para que ustedes tengan una idea, las manufacturas industriales representaron el mayor ingreso, representaron un 35,4% del total de exportaciones de la República Argentina; 9 años además consecutivos del superávit de cuenta corriente fiscal.



La recaudación tributaria, también récord en nuestra historia, es importante comprender por qué hemos podido hacer estas cosas y para eso hay que saber de dónde han salido los recursos y cómo se han construido los instrumentos para que esos recursos aparecieran. Por primera vez - también en 200 años de historia - la Argentina supera la recaudación impositiva en más de 100 mil millones de dólares. Para ser más exactos 104.754 millones de dólares, como también un récord de facturación en la República Argentina; estamos hablando, obviamente, de la facturación declarada, de la facturación en blanco, porque no podemos ignorar - seríamos muy hipócritas, si así lo hiciéramos - que todavía resta un gran desafío en la Argentina que es vencer a la evasión fiscal. (Aplausos)



Por eso, entre algunas de las cosas que le voy a pedir al Parlamento argentino, al Parlamento de mi pueblo, es que por favor traten la Ley Penal Tributaria, que envié, para que quienes evadan vayan presos. (Aplausos). Es una deuda, pero es el Parlamento, lo mismo que la Ley de Lavado que nos exige el GAFI y que es importante que sea sancionada por este Parlamento porque el Poder Ejecutivo ha hecho todos los esfuerzos y ha tomado todas las medidas disponibles, en el marco normativo vigente, en materia de lavado. Sería bueno que el Poder Legislativo y la Jurisprudencia argentina pudieran tener una actuación mucho más activa de la que han tenido hasta ahora en materia de lavado porque si no es probable que la Argentina sea condenada por el GAFI, pero no por lo que no ha hecho su Poder Ejecutivo, en definitiva, sino porque no se han sancionado las leyes o no se han dictado las sentencias que deberían haberse dictado. (Aplausos).



Siguiendo con los números de Argentina, les decía de la recaudación y quería plantearles algunas cuestiones en cuanto a cómo ha participado cada sector de la actividad económica argentina, sobre todo vinculado al tema de la evasión, en esta recaudación récord que hemos tenido. El sector que más ha participado en esta recaudación ha sido el de la industria manufacturera, con un 21,4%, siguiéndole el sector financiero, el sector bancario con un 17,9%, casi un 18% de la recaudación; en tercer término el comercio al por mayor y al por menor, con un 10,6; 9,5% los servicios inmobiliarios; 8,4% comunicaciones y servicios de transporte y una curiosidad: el sector de agricultura y ganadería - uno de los sectores más dinámicos de nuestro país, en cuanto a productividad y rentabilidad - solamente ha participado en esa recaudación en 2,8%, casi igual que lo que ha recaudado la enseñanza privada en la Argentina, con el 2,1%. Hay algo que me suena inconsistente en el dato: o están cobrando muy caras las cuotas de los colegios privados o hay evasión en nuestro sector primario de la economía, que debe ser realmente abordada con mucha seriedad y mucha responsabilidad de todos los sectores. (Aplausos). Lo que es importante también es que hemos avanzado 5.3 % en la participación de los impuestos directos en la composición de esa recaudación.



La situación financiera provincial: también en el año 2010 se ha producido - y creo que es una muy buena noticia para el federalismo argentino - la transferencia hacia los sectores provinciales más importante, 9% del PBI ha sido transferido al sector provincias, además de haberse abordado el desendeudamiento más importante del que se tenga memoria permitiendo a numerosas provincias argentinas, que tenían un altísimo nivel de endeudamiento, hoy puedan tener una situación menos comprometida en lo que hace a sus finanzas.



También, números de nuestro Banco Nación Argentina, que se ha convertido y lidera el ranking en materia de financiamiento.



¡Ustedes saben?, me pasó algo: cuando estaba preparando los números, la llamé a Mercedes Marcó del Pont, la titular del Banco Central, y le dije que por favor me enviara la nómina de entidades financieras en las cuales me desagregara cuánto han prestado para consumo, cuánto para hipotecas, cuánto para pymes, cuánto para capital de inversión, cuánto para capital de trabajo, porque es así como tenemos organizado nosotros el análisis de lo que ha hecho y cómo se ha transformado la gestión del Banco Nación del año 2003 a la fecha.



Con curiosidad y pese a que por el Banco Central han pasado muchos economistas de mucho lustre mediático, estos datos no han podido obtenerse porque nunca se ha desagregado en las 35 entidades financieras que envían su nómina al Banco Central, nunca se ha hecho un estudio de cómo prestan. Las características son muy difusas.



Para decirles dos temas: por ejemplo, en materia de créditos hipotecarios, es la banca pública, a través del Banco Nación, primero, del Banco Provincia de Buenos Aires después, y del Banco Hipotecario la que lidera el préstamo hipotecario con casi el 65 por ciento de los préstamos hipotecarios.



Cuando vamos al préstamo de consumo, es exactamente a la inversa, es donde hay mayor rentabilidad y mayor tasa de retorno, es allí donde lideran, precisamente, las entidades privadas.



Me gustaría decirles los números de nuestro Banco Nación, y cuando hablo de nuestro Banco Nación hablo del de todos, del de todos los representantes de los pueblos y de las provincias que están sentados también hoy en este ámbito: en el año 2003, el Banco Nación prestaba en su cartera a las pymes el 8 por ciento de sus préstamos y el 50 por ciento era para las grandes corporaciones, para las grandes empresas; hoy se ha revertido esta tendencia y el 45 por ciento va a las pymes y el 20 por ciento a las grandes empresas. (Aplausos)



Un modelo tanto en inversiones productivas, con el 61 por ciento, y en capital de trabajo, que también muchas veces es muy necesario para las empresas, sobre todo en algunos momentos difíciles, en el orden del 39 por ciento.



Hemos charlado con Mercedes y vamos a iniciar una metodología de análisis mucho más desagregada de cómo presta también la totalidad de la banca tanto pública y privada y nacional como extranjera. Necesitamos reorientar fuertemente el crédito también para sostener la inversión y el crecimiento, sobre todo teniendo en cuenta la muy buena rentabilidad que han tenido las entidades financieras.



Les doy un dato: en los '90, la relación entre activos y patrimonios era del 8.3 en los bancos; ahora es de 8.6, prácticamente lo mismo. Sin embargo, la rentabilidad en los años '90 en el sector financiero era del 3.9 y en el año 2010 fue del 24.5.



Esto revela claramente lo que yo digo constituye también el clima de negocios de la República Argentina. No se entiende un mal clima de negocios con los balances de bancos, de empresas, de inversores y nos pone muy contentos que este año del Bicentenario haya sido también el gran año de la recuperación de todos.



Es más, el nivel de recuperación del crédito popular también, que se puede medir a través de tarjetas de débito y tarjetas de crédito, ha sido sumamente importante. Ha retornado el crédito a la Argentina.



Del año 2003 a la fecha, el consumo por tarjetas de crédito ha crecido el 1.019 por ciento y en las tarjetas de débito, donde reintegramos el 5 por ciento de IVA a cada uno de los consumidores, hemos crecido un 1.171 por ciento.



Esto explica también, porque algunos dicen "por qué consumo, se calienta la economía", pero si uno tiene además una fuerte política industrial de protección al trabajo y a la industria nacional, este consumo, este incentivo a la demanda agregada constituye el reaseguro de desarrollo industrial y de generación de puestos de trabajo que, dicho sea de paso, han sido en más de 5 millones de puestos de trabajo que hemos generado a la fecha. (Aplausos)



Para que ustedes tengan una idea de cómo ha impactado esto en el desarrollo de las industrias en la República Argentina, el crecimiento industrial promedio en estos años ha sido más del 87 por ciento, midiendo el promedio de los 10 bloques industriales. Pero en algunas industrias, como la automotriz, ha superado el 346 por ciento y en las más importantes y en las más generadoras de mano de obra, textiles, calzado, también ha estado muy por encima de este promedio que, además, este promedio es récord histórico.



Para que ustedes vean también lo que ha significado esto y como se le ha sumado el impulso de la Ley que obtuvimos su sanción para Tierra del Fuego -acá veo a Rosana Bertone de mi banca- lo que iba a ser el Impuesto Tecnológico: en el año 2003 en la Argentina se fabricaban 268.991 celulares; en el año 2010, fabricamos 4.883.329 celulares, no solamente en Tierra del Fuego sino también en continente.



Esto no solamente ha sido una formidable generación de mano de obra y de sostenimiento, una provincia en la que me acuerdo de Víctor Choque, que había muerto cuando cerraban las fábricas y Tierra del Fuego quedaba desierta, no solamente ha servido para mantener la capacidad instalada y la mano de obra, sino para incrementar esa capacidad instalada y esa mano de obra.



Otras cosas que también reflejan el consumo popular en la base de nuestro pueblo: los lavarropas que en el año 2003 fabricábamos 366.000, 1.120.000 se fabrican en la Argentina; los LCD, que se fabricaban cero en la Argentina, 1.208.000 en el año 2010.



Esto significa, además, una formidable sustitución de importaciones y un formidable aporte a la balanza comercial que permite seguir sosteniendo uno de los pilares básicos que ha sido nuestro superávit comercial que este año, pese al formidable crecimiento de las importaciones, producto de la actividad económica, ha superado los 12.000 millones de dólares comerciales, que son, precisamente, los que ayudan, conjuntamente con el superávit fiscal primario que venimos sosteniendo a rajatabla desde el año 2003, a sostener el modelo.



Y también otro dato, sobre todo fundamentalmente en lo que hace a análisis de política de precios, superávit comercial, un número de reservas como nunca, superávit fiscal primario, desendeudamiento, al mismo tiempo el otro pilar de lo que debe ser el crecimiento industrial, capacidad instalada, comparación de la capacidad instalada entre el año 2009, que crecimos apenas al 0,9, y la capacidad instalada al último trimestre del año 2010, nos indica claramente el formidable proceso de inversión porque estamos en un promedio, en el cuarto trimestre del año de mayor crecimiento, del 81,9 de la utilización de capacidad instalada contra el 79.8, apenas 2 puntos más de lo que era una fuerte crisis todavía en el último trimestre del año 2009.



Esta capacidad instalada nos permite también -esta mayor participación en las exportaciones- tener un proceso -los datos que voy a dar son de CEPAL, datos duros- Argentina fue el único país que no reprimarizó sus exportaciones, al contrario, avanzó en su desprimarización. Esto tiene que ver con el crecimiento en las exportaciones del sector industrial. Descendimos en el año 2008, 3 puntos porcentuales y en el año 2010, 9 puntos porcentuales llegando al 64,9 siendo el tercer país luego de Brasil y de México o de México y Brasil en ese orden. El resto de los países, inclusive estos dos países que tienen menor índice de primarización, Brasil poca diferencia con Argentina hoy, aumentaron porcentualmente su grado de primarización. Y esta es una de las claves en las cuales estamos hoy inmersos y por eso el lanzamiento del Plan de Desarrollo Industrial 2020.



Les digo que el título 2020, no lo puse yo, sino lo puso un industrial que tuvo una imaginación con más marketing que nosotros, y que constituye básicamente un plan que fija metas a 2020 de reducción del desempleo, de crecimiento de las exportaciones, de sustitución de importaciones porque, por primera vez, además en nuestra historia, el crecimiento del mercado interno, el crecimiento de las exportaciones, no constituye una cosa incompatible y se da en forma armoniosa y virtuosa.



¿En dónde está, entonces, hoy el gran desafío? En profundizar este desarrollo industrial avanzando en tecnología, en valor agregado, en sustitución de importaciones, en alargar las cadenas de valor, en también ver en qué eslabones de las cadenas internacionales podemos agregarnos. Sobre estas cosas vamos a discutir en 10 foros federales en todo el país porque hemos agrupado a los 10 grupos industriales, grupos no en términos nominales sino aglomerados, por favor, aglomerados industriales de los que se miden y que representan el 80 por ciento del PBI y el 60 por ciento de la generación de mano de obra.



Esto es muy importante ¿y por qué no se pudo hacer antes? Muy fácil: porque en el año 2005 estábamos saliendo del infierno, casi hasta el año 2007; luego vino la crisis del 2008. ¿Y por qué digo yo construcción de certezas? Porque nos discutieron desde el primer día hasta el derrumbe de Wall Street, que el modelo que teníamos que seguir era ese que se había derrumbado. Y nosotros, afortunadamente, casi terca y empecinadamente, insistimos en que el desarrollo y el modelo de acumulación con matriz productiva diversificada e inclusión social era el camino más apropiado y no nos equivocamos. (Aplausos)



También el impacto que han tenido los precios internacionales de los commodities en nuestros precios internos, que han impactado en un 40 por ciento, porque más allá de ser productores de commodities, es claro que su precio internacional termina también impactando en los precios internos de nuestra economía.



Pero también para referirme un poco al otro pilar, al otro gran pilar de todo este modelo de cambio que ha sido, valga la redundancia, el tipo de cambio producto de flotación administrada y su pretendida pérdida de competitividad desde algunos sectores que empujan devaluaciones que ya sabemos a quiénes sirven y también sabemos a quiénes perjudican y que, por lo tanto, no vamos a someternos a presiones de ninguna naturaleza que distorsionen el modelo. (Aplausos)



Si uno mira el tipo de cambio deflactado por salarios promedio 1995-2001, era del 1.33; en diciembre es del 1.83, una diferencia del 37,4 por ciento.



Y esto se revela fundamentalmente en el crecimiento de las exportaciones. No hay modo de alcanzar tal grado de competitividad si no tenemos un tipo de cambio que así lo refleje.



También hemos creado el Ministerio de Agricultura y Ganadería en un país que iba a tener, según algunos, que importar trigo y carne. Afortunadamente se equivocaron. Pienso que tenían mala información, no pienso en la mala fe, no hay porqué pensar en eso, un error de cálculo, un error de información.



Lo cierto es que, tal cual lo dije, inclusive aún cuando los pronósticos de mi propio Ministro de Agricultura y Ganadería -no sé si por allí estará-, vamos a llegar a los 100 millones de toneladas de grano este año, con un crecimiento en la producción de trigo que hemos doblado la producción tanto del año 2009 como 2008, superando los 14 millones de toneladas. Y en cuanto a que teníamos que importar carne, no se preocupen que hemos podido exportar carne en el año 2010 por 1.200 millones de dólares. Afortunados los que tienen las vaquitas, dijera don Atahualpa Yupanqui, pero estamos contentos porque es un sector dinámico, productivo, que invierte. Y lo que queremos es precisamente incorporar también a ese inversor que hoy todavía es productor primario, a que se agregue a los siguientes eslabones de la cadena de valor para tener mayor rentabilidad y poder participar de mayor grado de rentabilidad. Cuanto más en cada uno del que produce intervienen los siguientes eslabones, termina produciendo una integración verticalizada que le asegura tener una mayor rentabilidad, y no tener rentabilidad únicamente por aumento de precio sino por integración, por ahorro, por logística y por todo lo que cualquier economista y los que no lo sean, la propia lógica indica.



El financiamiento ha sido muy importante por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, que ha suscripto con las provincias argentinas convenios por más de 180 millones de pesos en ayuda de fondos rotatorios para los distintos cultivos; 185 millones en materia de ganadería, más de 5.000 millones en los créditos que hemos lanzado con tasas subsidiadas que nos han dado un monto de 130 millones. Nada más que en tasa subsidiada en el Banco Nación por préstamos de más de 5.000 millones hemos colocado numerosos créditos que han llegado a los pequeños y medianos productores. Ni qué hablar también en materia de crédito del lanzamiento del proyecto de los créditos del Bicentenario que ya hemos otorgado más de 2.000 millones de pesos y han permitido explicar también el crecimiento de este año 2010, con una reducción importante en el Programa de REPROs, Ministerio de Trabajo, que sirvió durante la crisis para sostener a aquellos sectores sin que tuvieran que echar gente o suspenderla. Fue una metodología, un instrumento de política activa contra cíclica muy bien utilizado.



En materia energética, este crecimiento impresionante que hemos tenido en estos años ha tenido su equivalente, como no podía ser de otra manera, en el crecimiento, a partir del Plan Energético que se lanzara en el año 2004 para la generación de energía, para el transporte de energía, para la distribución.



Cifras: el pico récord de demanda, de generación estoy hablando, lo que se tiene que tener para poder brindar electricidad. En el año 2003 el pico récord era de 14.350 megavatios. En el año 2010 el pico fue 20.843 megavatios. Se explica por dos vías, la vía del crecimiento de la actividad económica y la demanda interna producto del desarrollo y del acceso de las clases populares a bienes que antes no poseían. La energía no es solamente un número económico, es también un número social. La potencia instalada en el año 2003, la capacidad de generación de energía, era de 17.900 megavatios, hoy la capacidad de generar energía en la República Argentina es de 25.290 megavatios, 7.390 megavatios hemos incorporado merced al Plan de Energía que se lanzara en el 2004 y que también fuera incrementado por el Plan de Energía Plus que se dio en varios ámbitos. Ni qué hablar de lo que nos tocó hace pocos días protagonizar a todos los argentinos, más allá de que circunstancialmente haya sido esta Presidenta quien tuvo el inmenso honor, junto al Gobernador de Misiones y junto al Presidente de la hermana República del Paraguay, de inaugurar Yacyretá, después de 37 años finalizar esta obra que también acompañará este año en septiembre a otra obra emblemática, no solamente desde lo energético sino de lo científico y tecnológico, como es la inauguración de Atucha II, que vamos a hacerla en septiembre de este año incorporando más de 700 megavatios también al parque de generación.



Podríamos hablar de la duplicación de autovías, y aquí veo a muchos legisladores oficialistas y opositores de Córdoba y Santa Fe, también de Chubut y de Santa Cruz, también de la Mesopotamia, donde estamos construyendo la ruta 14, también de Formosa donde hemos hecho la ruta de Capricornio junto a Salta. Podríamos enumerar muchísimos pero decirles que hemos pasado de 1.000 kilómetros a 2.000 kilómetros de construcción y además en las rutas nacionales hemos pavimentado el 40 por ciento de la red vial no pavimentada en la República Argentina desde el año 2003 a la fecha.



Escuelas: ayer iniciamos las clases, hubo provincias como la querida provincia de Neuquén, no sabía el dato, lo leí ayer, que por primera vez en 6 años empieza sus clases como corresponde. Y me acordé -mirando de acá lo veo a Daniel Filmus- del año 2003 donde el Ministro de Educación y Néstor Kirchner presidente, fueron a su provincia, diputada Osuna, a levantar una huelga que llevaba 3 meses. No era un gobierno de nuestro signo partidario, pero no nos importaba, los problemas hay que solucionarlos. No importa quién los provoca, lo importante es que todos sepamos darle una solución a esos problemas.



Y desde allí en más el compromiso con la educación pública que se refleja desde la infraestructura, ayer inaugurando la escuela 1.097. Yo me acuerdo que en el discurso que les hablé aquí por primera vez me comprometía a terminar las 700 escuelas. Léanlo porque es interesante, no por lo que dije sino por las cosas que se pudieron hacer. Me comprometía a terminar el Plan de 700 escuelas que él había iniciado y que no habíamos culminado y me comprometí a llegar a las 1.000 escuelas, y la verdad que todavía falta todo este año y no solamente hicimos las 700, sino que hicimos 1.097 escuelas, y déjenme decirles que me siento muy orgullosa. Y quiero repetirles algo que nos tocó escuchar a Daniel Scioli y a mí cuando ayer juntos inauguramos el Ciclo Lectivo en lo que había sido una promesa mía de que un viejo establecimiento dedicado a los niños pobres pudiera transformarse en una escuela agrotécnica, en la cual podíamos volver a identificar educación y producción. Me acuerdo que el sacerdote dijo o repitió, él mismo lo reconoció, una frase: "que prefería gobiernos que siguieran abriendo escuelas y no abrieran cárceles", más allá de que las cárceles son necesarias. Eso dijo el sacerdote y realmente me impresionó.



Educación Pública y deuda: había una terrible deuda con la educación pública en la Argentina; una deuda que comenzamos a saldar con la Ley de Financiamiento Educativo cuando dijimos que íbamos a destinar el 6 por ciento del PBI, de nuestro Producto Bruto a la educación. Lo hemos superado. Durante el año 2010 alcanzamos el 6 punto 47 por ciento del Producto Bruto Interno dedicado a la educación, casi invertido a lo que era la ecuación anterior al 2003. En el año 2003 se dedicaba un 2 por ciento del PBI a la educación y más del 5 por ciento al pago de la deuda. Ahora hemos invertido esa ecuación y se destina el 2 por ciento del PBI al pago de la deuda y el 6,47 a la educación pública, lo que ha significado además el mejoramiento de los salarios docentes, lo que ha significado la construcción en universidades, de nuevos edificios que se inauguran cotidianamente, lo que ha significado además la creación de 9 nuevas universidades que van a permitir que chicos que nunca hubieran podido llegar a la universidad ahora lo hagan. Lo que ha permitido también, y directamente vinculado con esto, generar desde ciencia y tecnología la inversión más importante de la que se tenga memoria. En el año 2003 se invertía en ciencia y tecnología en la República Argentina algo así como 870 millones de pesos, más de 5.000 millones de pesos hemos invertido en ciencia y tecnología y vamos a seguir haciéndolo desde el nacimiento de este Ministerio.



(Continúa)

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